"EL LLAMADO DEL TAMBOR" AHCT606064

Tabla de estambre - Huichol

Código AHCT606064

Arte Popular Mexicano
Arte Huichol.- La hechura de las tablas de estambre huicholas son verdaderas pinturas de estambre multicolor, el estambre es pegado con cera de Campeche (cera de abeja), donde los huicholes expresan las visiones que tienen durante sus rituales, sus historias y religión.

Características:

• Articulo hecho a mano
• Medida: 60 X 60 cms (24" x 24")
• Realizada con hilo (estambre)
• Artesanía huichol

Hecho a mano por artistas Huicholes

• Envío a todo México y el Mundo

Descripción o significado de la pieza.

"El Llamado del Tambor" – Reseña de un cuadro de estambre huichol

Esta pieza de arte huichol, elaborada con estambre y alma, es un portal sagrado hacia el universo wixárika. Cada hebra de color guía la mirada por un paisaje espiritual donde el simbolismo ancestral se entreteje con la sabiduría del pueblo huichol.

En el centro de la composición se manifiesta el chamán curandero, figura de profundo respeto, quien sostiene los muvieris, bastones de plumas que le permiten comunicarse con los dioses y recorrer planos invisibles. Su presencia evoca la ceremonia, el trance, la conexión entre lo terrenal y lo divino.

Alrededor de él, danzan con movimiento eterno las serpientes, guardianas de la tierra y del agua, portadoras de transformación y conocimiento. Ellas custodian los caminos del inframundo, pero también ascienden como mensajeras hacia lo celeste.

Las flechas cazadoras, símbolo de intención y ofrenda, apuntan hacia las estrellas, que iluminan el camino nocturno de los peregrinos y representan a los antepasados que velan desde el firmamento. Cada estrella es un espíritu, una guía, un fuego eterno que acompaña al pueblo wixárika en sus trayectos sagrados.

El tambor, corazón palpitante de la ceremonia, resuena en el cuadro con fuerza invisible. Su sonido marca el ritmo del alma comunitaria. Alude a la Fiesta del Tambor, ritual ancestral donde el pueblo se reúne para honrar a sus dioses, renovar votos con la naturaleza y agradecer las visiones recibidas. Allí se canta, se danza, se ofrece el maíz, el peyote y el fuego, mientras el tambor retumba como un eco del origen del mundo.

Este cuadro no es solo una obra de arte: es una oración tejida. Un testimonio vivo del pensamiento huichol, donde cada símbolo es un canto, y cada color, un llamado a recordar que todo está conectado: la tierra, el cielo, los ancestros y el corazón humano.